La Unión Europea y el Perú firman acuerdo para la exoneración de Visa Schengen

La exención del visado se daría a fines de este año.

El Gobierno del Perú y la Unión Europea (UE) firmaron hoy el acuerdo bilateral que hará posible la exoneración de la visa Schengen, lo que permitirá que sus ciudadanos puedan viajar en breve, a 24 países del Viejo Continente sin ese requisito.

El acuerdo, suscrito también con el gobierno de Colombia, se firmó en presencia del Jefe del Estado del Perú, Ollanta Humala Tasso, y del mandatario Colombiano, Juan Manuel Santos.
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La canciller Ana María Sánchez firmó el convenio en representación del Perú; mientras que por Colombia lo hizo su canciller, María Ángela Holguín. Por Europa lo suscribió el comisario de Inmigración de la UE y vicepresidente de la Comisión Europea, Dimitris Avramopoulos.

También estuvo presente la alta representante para la Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Federica Mogherini.

La inicialización del acuerdo significa que las partes autentican o dan conformidad al proyecto de acuerdo negociado y consensuado. Tras ello quedan pendientes algunos pasos más para materializar la exención de visas, que se daría a fines de este año.

Sin ese requerimiento, los peruanos podrán hacer viajes de corta estadía (90 días máximo) a países como Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Dinamarca, Grecia, España, Portugal, Finlandia, Suecia, Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa, entre otros.

Significado del proceso

En un comunicado, la Secretaría de Prensa del Palacio de Gobierno recordó que la culminación de este importante y complejo proceso, sin precedentes en el ámbito europeo, se inició en setiembre del 2013 cuando el gobierno del Reino de España presentó la correspondiente propuesta en Bruselas ante el Consejo de la Unión Europea.
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Los avances registrados en este tema, añadió, representan un claro e inequívoco reconocimiento de los Estados miembros de la Unión Europea hacia el Perú, su estabilidad política y económica, sus perspectivas y potencialidades.

Además, resaltó que la exención de la visa Schengen reportará importantes beneficios mutuos en términos de ampliación del turismo, facilitación de contratos entre hombres de negocios y mayores oportunidades para los intercambios estudiantiles.

Asimismo, destacó que las relaciones bilaterales entre el Perú y la UE han alcanzado un altísimo nivel reflejado en los numerosos encuentros entre sus autoridades, mayor diálogo político, incremento de la cooperación mutua y consolidación de los beneficios del Acuerdo Comercial Multipartes.

Acuerdo entre EEUU y China sobre cambio climático se debilita por desacuerdos

Surgen divisiones sobre cuáles son las tareas de cada uno para evitar el sobrecalentamiento del planeta

El compromiso anunciado el mes pasado entre los presidentes Xi Jinping y Barack Obama generó esperanza de que pudiera adoptarse un acuerdo global climático el próximo año en París. Pero al entrar la conferencia mundial del clima en su segunda semana en Lima, las dos naciones se mantienen todavía en riberas opuestas en una serie de temas cruciales.
La oportunidad de un histórico acuerdo climático entre Estados Unidos y China está dando indicios de debilitarse al surgir desacuerdos sobre cuáles son las tareas de cada uno para evitar el calentamiento del planeta.
Aún hay, sin embargo, tiempo para limar las diferencias. Los ministros del ambiente están apenas llegando para abordar las disputas más importantes en la segunda fase que empezará el martes.
Las principales áreas de desacuerdo se refieren a:

Compromiso y revisión
Los gobiernos deben acordar qué información debe ser incluida cuando expresen sus compromisos para el acuerdo de París. Se supone que esto debe ocurrir hacia marzo de 2015, aunque China y otros países han dicho que necesitarían más tiempo.
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Estados Unidos y otros países industrializados desean que las contribuciones se centren en esfuerzos para cortar o reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que atrapan calor. Se resisten a las demandas de los países en desarrollo, incluidos China e India, para aumentar sus compromisos financieros que permitan ayudar a los más pobres a trabajar por el cambio climático.
También han surgido controversias sobre si establecer un proceso de revisión que permita comparar y analizar contribuciones antes de la cumbre de París. Estados Unidos y la Unión Europea desean una revisión, pero China, a la que nunca se le ha pedido adoptar alguna acción sobre el clima en las conversaciones de Naciones Unidas, se ha opuesto a ello en Lima.

¿Cinco o diez años?
El acuerdo de París entraría en efecto en 2020, pero no está claro cuánto durará el periodo de compromisos iniciales. Estados Unidos desea un periodo de compromisos de cinco años y ha presentado ya sus metas de emisiones para 2025.
La Unión Europea considera que 10 años es más conveniente y ha fijado ya su meta para 2030. China también quiere 10 años, mientras que Brasil ha propuesto un híbrido en el cual los países darían cinco años para metas firmes y 10 años para metas «significativas».
Dinero
Como era de esperarse, gran parte de las discusiones en Lima se refieren al dinero. Los países ricos han acordado apoyar a los pobres a limitar sus emisiones y encarar los crecientes niveles marítimos, sequías, inundaciones y otros impactos del cambio climático. En 2009 los países en desarrollo acordaron movilizar 100.000 millones de dólares anuales hacia el 2020. Los países pobres demandan ahora ver el dinero sobre la mesa.
Aunque ya se han comprometido 10.000 millones de dólares para el Fondo Verde del Clima, incluyendo 3.000 millones de dólares de Estados Unidos. Países en desarrollo que incluyen a China, que no contribuye, dicen que se requiere mucho más dada la urgente necesidad de acción.
La culpabilidad
Se supone que el acuerdo de París será «aplicable a todos», a diferencia del tratado de emisiones de Kyoto de 1997, que solo pedía acciones de los países desarrollados contra el cambio climático. Para los demás, era voluntario.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países ricos desean eliminar la valla de 1992 que dividió al mundo en países desarrollados y en desarrollo. Estos últimos, desde los estados petroleros ricos del Golfo hasta los países africanos pobres, no tienen prisa en deshacerse de ella debido a que ésta señala que sus acciones sobre el cambio climático son voluntarias, allí donde se compromete a los ricos.
El tema está entre los más difíciles de las conversaciones auspiciadas por Naciones Unidas y posiblemente no se resuelva en Lima.