Retornan los comentarios en torno a una declaración que el Fondo Monetario Internacional hiciera a través de su directora gerente, Christine Lagard, que sostiene que es un riesgo prolongar la vida de los ancianos, vuelve a ponerse no solo en relieve un tema vidrioso, por su dimensión y consecuencias,también la solución sugerida si se llega a aplicar, y que se traería abajo con la posición que plantea, todo lo edificado en varias centurias y que es sustentado por las declaraciones de las Naciones Unidas, la OEA y las Constituciones políticas de los estados del mundo, donde se establece y se remarca que el ser humano es el fin supremo de la sociedad.
Se cargaría el valor de la sobre vivencia, en el que se basa toda ayuda todo socorro, y toda emergencia, planteándose como «un riesgo el que la gente viva más de lo esperado». Proponiendo «soluciones de mercado» para mitigar ese «riesgo»…Según este despropósito, sujeto al mercado, las investigaciones para la cura de enfermedades, y para la prolongación de la vida humana son inútiles, riesgosas y no deseables…Porque se pueden ir en contra de la «estabilidad del mercado» y ponen en riesgo el enriquecimiento de pocos, para quienes cuando lleguen a ancianos, existirán siempre vías de sobre vivencia lejos de la gran masa de ancianos que dependan de la seguridad social y de los seguros…
La crudeza con que se trasmite «el problema» y la única salida que se plantea es por demás egocéntrica e impía, tan solo sujeta al riesgo de mercado: “Vivir más es bueno, pero conlleva un riesgo financiero importante» según su predica…(pmcho)

Directora Gerente del FMI Christine Lagard

Los viejos un riesgo