Los rusos se levantan contra su propio establishment

La detención en Rusia el pasado 17 de enero del líder opositor Alexéi Navalny, que volvía al país luego de haberse recuperado en Alemania de un envenenamiento, fue el detonante de las manifestaciones más multitudinarias en el país en décadas.

A diferencia de otras ocasiones en la que solo se movilizaban en las principales ciudades, esta vez las protestas han tenido lugar en 122 ciudades de todo el país, estando marcadas por la tensión, la represión y la violencia, dejando  aproximadamente 3.300 detenidos.

Los manifestantes salieron a las calles y marcharon exigiendo la liberación de Alexéi Navalny, y mostraron  su descontento contra el establishment y el Gobierno de Putin. Según observadores, estas han sido “las mayores manifestaciones de la historia rusa contemporánea”, dejando estampas que hace mucho no se veían, en un país en el que el presidente Putin gobierna con mano de hierro.

Photo by Sergei Mikhailichenko

A consecuencia de la violencia y la represión gubernamental, la organización de derechos humanos Human Rights Watch ha denunciado que las autoridades ignoran y pisotean los derechos elementales de sus ciudadanos, al tiempo que ha condenado la represión empleada en las protestas pacíficas por el encarcelamiento de Navalny.

Photo by Kirill KUDRYAVTSEV

El líder opositor se encuentra a la espera del juicio, que se le ha iniciado, por presuntamente haber violado las condiciones de su pena dictada en 2014, y que podría devenir en una condena de prisión superior a los tres años.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.