Elecciones presidenciales USA 2020: Primer debate Donald Trump – Joe Biden

Faltan 34 días para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos,  en las que el actual Presidente de la Unión Americana Donald Trump, busca su reelección.

Una elección que a juicio de los electores es la mas importante de sus vidas, reflejando la importancia y trascendencia de este evento político en el pais mas desarrollado del mundo, y que tendrá una influencia decisiva en el futuro de la humanidad

Tras meses de campaña, este martes 29 de Septiembre se llevará a cabo el primer debate presidencial entre el actual presidente Donald Trump y Joe Biden, el cual tendrá lugar en Cleveland, Ohio a las 21:00hrs. ET.

Este debate será el primero de tres encuentros preparados de cara a las elecciones del 3 de Noviembre. El segundo debate se llevará a cabo el 15 de Octubre en Miami, Florida; mientras que el tercero será el 22 de octubre en Nashville, Tennessee.

Este primer debate presidencial tendrá una duración de 90 minutos y comprenderá seis segmentos de 15 minutos sin cortes comerciales. Cada segmento abordará una pregunta diferente y los candidatos tendrán dos minutos para responder la pregunta en cuestión para después empezar las rondas de ida y vuelta.

Si podrá seguir la transmisión en vivo por TV, esta estará disponible a través de las principales cadenas noticiosas en Estados Unidos, tales como ABC, CBS, Fox, NBC, CNN, Fox News, MSNBC y C-SPAN. Ahora bien, si deseas disfrutarlo en español, Univisión y Telemundo también cubrirán el evento llevando a cabo una traducción simultánea. En países como España, el debate se podrá ver a través de RTVE y Rac1.

Cabe mencionar que el debate también podrá disfrutarse en vivo desde YouTube. El evento comenzará en punto de las 21:00 hrs hora del Este de Estados Unidos, 20:00 horas CT y 03:00 horas de España.

Un millón de muertos por el Covid 19 en todo el mundo

El coronavirus continúa su expansión por el mundo, muchos países como los europeos afrontan ahora una segunda ola después de que los confinamientos y las medidas restrictivas en primavera permitieran doblegar la curva en los meses de verano. El virus sigue teniendo una incidencia muy alta en casi todo el planeta y las cifras oficiales así lo demuestran.

Ya son más de 33,5 millones de personas las que se han infectado y el número de fallecidos ha alcanzado este mes de septiembre el primer millón. Unos números alarmantes que sin embargo podrían ser mucho más altos, concretamente el doble, tal y como recoge Bloomberg.

 

El coronavirus ya ha causado más de un millón de muertos según los datos oficiales.

Es la teoría que sostiene el investigador y reputado epidemiólogo australiano Alan López, que señala que la cifra real de víctimas podría situarse actualmente en 1,8 millones y alcanzar a finales de 2020 los 3 millones. Un registro bastante más pesimista que el que contempla la Organización Mundial de la Salud, que está haciendo un llamamiento para evitar que el año termine con 2 millones de fallecidos por covid-19.

Según López, la rápida propagación del coronavirus y el elevado número de personas asintomáticas están dificultando la implantación de medidas que permitan conocer con precisión el número de casos, por lo que no se tiene una radiografía exacta del impacto de la pandemia.

“Un millón de muertes tiene sentido en sí mismo, pero la cuestión es saber si es cierto. Es lógico decir que el millón de muertes, por impactante que suena, probablemente solo sea una subestimación”, señaló en una entrevista antes de que se alcanzara la cifra de manera oficial.

Cabe recordar que incluso en países con sistemas sanitarios robustos y sofisticados, como puede ser el caso de España o Estados Unidos, ha habido una gran controversia por la forma de contar los casos. Especialmente entre los meses de marzo y mayo, cuando la primera ola de la pandemia golpeó duramente en Europa y América, muchas muertes relacionadas con el coronavirus quedaron fuera de las estadísticas oficiales.

Más allá de que los distintos países contabilizan los casos con metodologías diferentes entre sí y que estas han ido cambiando a medida que evolucionaba la pandemia, es difícil establecer comparaciones entre unos y otros, pero sí que resulta posible ver que esa cifra de un millón puede ser muy superior.

En suelo español, por ejemplo, los fallecidos con síntomas de coronavirus, pero que no habían pasado un test PCR no figuraban en los datos oficiales, lo que provocó que en la primera ola hubiera una gran controversia con las cifras. De los más de 27.000 oficiales hasta los más de 40.000 que estimaba el Instituto Carlos III. De hecho el Instituto Nacional de Estadística desveló a principios de junio que en los cinco primeros meses del año habían muerto más de 44.000 personas, 17.000 más que en el año precedente.

 

En España podría haber más muertos por coronavirus de los que se han reportado.

Un aumento que lógicamente está muy relacionado con la presencia del coronavirus y que estaría dejando fuera de las cifras oficiales a un elevado número de fallecidos.

También a la hora de interpretar los datos oficiales hay que tener en cuenta que en muchos países, como por ejemplo Rusia, no se considera el coronavirus como causa de muerte si el fallecido tenía patologías graves previas, tales como cáncer, afecciones cardíacas, diabetes o enfermedades respiratorias. Pese a que la covid-19 haya terminado provocando el deceso, en los registros oficiales se indica la causa preexistente, lo que falsea los registros oficiales sobre la enfermedad.

Pese a que en el mes de junio la OMS aconsejó a los países que incorporaran estos fallecimientos a los registros oficiales para tener una visión más amplia del impacto de la enfermedad en el mundo, lo cierto es que es necesario un tiempo antes de que los trabajadores sanitarios adopten esta metodología, tal y como señala Lopez.

“Los médicos a menudo aprenden a medida que van avanzando, por lo que no certifican todas las muertes causadas por el covid-19 como tal”.

Además, otro factor importante es la dificultad de los países menos desarrollados para poder hacer un seguimiento preciso de la enfermedad. India, por ejemplo, supera los 6 millones de contagios, pero solo ha reportado unos 95.000 fallecimientos, casi la mitad que Estados Unidos pese a que se mueven en parámetros similares.

Las dificultades para hacer test masivos en el país unido a que su sistema sanitario tiene problemas para controlar la pandemia hacen pensar que hay un número importante de víctimas del coronavirus que no están siendo incluidas en los registros oficiales.

La pandemia ha alterado los registros de mortalidad en el mundo entero, aumentando por lo general el número de víctimas respecto a años precedentes, sin embargo en Japón el efecto ha sido el contrario. Las medidas de distanciamiento social han tenido impacto en la reducción de las muertes en carretera y las causadas por el virus influenza. Así, en suelo nipón, las muertes han caído un 3,5% en mayo respecto al año anterior, a pesar de que los casos de coronavirus repuntaron en ese mes.

Las noticias hablan de que se acaba de superar el millón de víctimas por el coronavirus en el mundo, pero los registros probablemente sean muy superiores. Con la llegada del otoño y el invierno al hemisferio norte y a la espera de la vacuna, las cifras pueden seguir siendo de récord.

Javier Taeño

 

75 Asamblea General de la ONU

Donald Trump pide a la ONU «responsabilizar a China por sus acciones» respecto a la pandemia

China rechaza las acusaciones y Xi Jinping asegura que su país «no tiene la intención de entrar en una Guerra Fría ni en una ‘guerra caliente’ con otros países»

La ONU advierte de que habrá millones de muertos si se deja avanzar al coronavirus

El presidente de EEUU, Donald Trump, ha sentenciado este martes ante la 75 Asamblea General de las Naciones Unidas que se «debe responsabilizar a China por sus acciones» relacionadas con la pandemia de coronavirus.

«El Gobierno chino y la Organización Mundial de la Salud, que está virtualmente controlada por China, declararon falsamente que no había evidencia de transmisión de persona a persona», ha acusado Trump en un mensaje grabado ayer desde la Casa Blanca. «Más tarde, dijeron falsamente que las personas sin síntomas no propagarían la enfermedad. Naciones Unidas debe responsabilizar a China por sus acciones», ha pedido.

El presidente, que ha prometido distribuir una vacuna, aseguró: «Derrotaremos al virus, derrotaremos al virus y acabaremos con la pandemia; y entraremos en una nueva era de prosperidad, cooperación y paz».

Trump, un crítico frecuente de Naciones Unidas, también advirtió que para que la ONU sea eficaz debe centrarse en «los problemas reales del mundo» como «el terrorismo, la opresión de las mujeres, el trabajo forzoso, el narcotráfico, la trata de personas y sexual, la persecución religiosa y la limpieza étnica de minorías religiosas «.

El líder chino, Xi Jinping, aseguró más tarde en su alocución que su país no va a mantener ningún tipo de guerra, «ni fría ni caliente», pese a las fuertes tensiones que vive con Estados Unidos y las advertencias de Naciones Unidas sobre la creciente brecha entre las dos superpotencias.

En su mensaje a la Asamblea General de Naciones Unidas, Xi insistió en que China nunca buscará la «hegemonía» y que apuesta por un mundo basado en la cooperación y el multilateralismo. Según dijo, China se esforzará en resolver toda disputa a través del diálogo y la negociación y considera que, en un mundo tan interconectado como el de hoy, ningún país gana con los problemas del otro.

Xi habló ante la ONU con el telón de fondo del fuerte choque entre China y Estados Unidos, que viene de largo por motivos comerciales y geoestratégicos y que se ha endurecido aún más por la pandemia del coronavirus.

En su discurso, grabado en video de forma previa al igual que el del resto de líderes, Xi buscó un contraste con las tesis más nacionalistas de Trump y presentó a China como un gran respaldo del sistema multilateral y de la solidaridad internacional. «Debemos vernos los unos a los otros como miembros de la misma gran familia, perseguir una cooperación en la que todos ganemos y ponernos por encima de disputas ideológicas y no caer en la trampa de la guerra de civilizaciones», señaló.

Xi tocó también la guerra comercial con EEUU, insistiendo en que la globalización económica es una realidad incontestable y que intentar combatirla con la «lanza de Don Quijote es ir en contra de una tendencia de la historia». «Seamos claros, el mundo nunca va a volver al aislamiento y nadie puede cortar los lazos entre países», señaló el líder chino, que urgió a trabajar para impulsar un desarrollo equilibrado en todo el mundo.

«China es el mayor país en vías de desarrollo del mundo, un país comprometido con un desarrollo pacífico, abierto, cooperativo y común. Nunca vamos a buscar hegemonía, expansión o esferas de influencia», recalcó. Contra EEUU también han cargado adversarios históricos como Cuba e Irán. El presidente iraní, Hasan Rohani, se ha referido a los disturbios raciales por la violencia policial contra los afroamericanos y ha comparado ese tipo de violencia con la aplicada a su país mediante las sanciones de Washington: «Conocemos el sofoco de una rodilla en el cuello. Irán ha tenido que pagar el mismo precio que aquél hombre durante años».

Rusia propone una cumbre sobre vacunas

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha sacado pecho por el rápido desarrollo en su país de una vacuna contra el coronavirus y se la ofreció de forma gratuita a la organización para que proteja a todos sus empleados.

En su mensaje, Putin apuntó que su Gobierno está listo para ofrecer a Naciones Unidas toda la asistencia necesaria, lo que incluye vacunación gratis para todo el personal que lo desee. También dijo que su país está abierto a suministrar a otras naciones la denominada «Spútnik V», que según destacó se ha demostrado «segura» y «efectiva».

Putin insistió en que los ciudadanos de todo el mundo deberían tener acceso gratuito a una vacuna y subrayó también la voluntad del Kremlin de trabajar con otros Gobiernos para compartir métodos de diagnóstico y de tratamiento de la enfermedad.

Además, en contraste con Estados Unidos, defendió que la OMS debe tener un papel central a la hora de coordinar la respuesta y dijo que Rusia está trabajando para reforzar la capacidad de la entidad con sede en Ginebra.

Por otra parte, Putin advirtió de los efectos económicos a largo plazo que va a tener la actual crisis y defendió la necesidad de que toda la comunidad internacional trabaje junta para impulsar el crecimiento. En ese contexto, subrayó la importancia de eliminar barreras, restricciones y, sobre todo, «sanciones ilegítimas» en el comercio internacional.

Coincidiendo con el 75 aniversario de Naciones Unidas, Putin defendió la labor de la organización y, aunque reconoció que es necesario adaptarla a la realidad del siglo XXI, dejó claro que su país se opone a grandes cambios en el Consejo de Seguridad, donde es uno de los cinco miembros permanentes y goza de poder de veto.

 

«No podemos hacer de la vista gorda»

El último de los líderes mundiales en intervenir hoy ha sido el presidente francés, Emmanuel Macron, el único mandatario europeo en pronunciar su mensaje ante la ONU en la jornada de hoy. «El mundo tendrá que aprender a convivir con el virus. No debemos dejarnos llevar por la desesperación ni el desaliento, sino afrontar la situación con lucidez».

«El cuestionamiento del multilateralismo se ha acentuado, no podemos hacer la vista gorda ante los incumplimientos de las leyes internacionales. Esta pande debe ser un ‘shock’ eléctrico para la ONU», ha advertido Macron y ha destacado la respuesta de la UE ante la crisis. «Europa dio un paso de unidad y tomó la iniciativa de liderazgo en la pandemia, en contra de lo que otros pronosticaban».

Macron ha remarcado además su compromiso en la lucha contra el terrorismo internacional y ha cargado directamente contra Rusia por el reciente envenenamiento de Alexei Navalny, advirtiendo que París no permitiría que se cruzaran sus líneas rojas sobre el uso de armas químicas: «No toleraremos el uso de armas químicas en Europa, Rusia o Siria». «Esta aclaración debe ser rápida e impecable porque aplicaremos nuestras líneas rojas», dijo Macron.

Respecto a las hostilidades entre Washington y Pekín durante la Asamblea ha recordado que «un mundo como el de hoy no puede reducirse a la rivalidad entre China y EEUU».

Guterres pide «evitar una nueva guerra fría»

El secretario general de la ONU, António Guterres, inauguró la sesión advirtiendo que el mundo se enfrenta a un momento histórico por la pandemia del coronavirus y urgió a los líderes internacionales a guiarse por la ciencia y a dejar de lado el populismo y el nacionalismo.

«El populismo y el nacionalismo han fracasado. Usados como enfoques para contener el virus, muchas veces han llevado a un empeoramiento palpable», dijo Guterres. El jefe de la organización subrayó que los Gobiernos deben unirse, actuar con más solidaridad y tener humildad para admitir que «un virus microscópico ha puesto de rodillas al mundo».

Frente a la pandemia, el mundo necesita «un cese al fuego mundial para frenar todos los conflictos ‘calientes'» y «hacer todo lo posible para evitar una nueva Guerra Fría», declaró. «Estamos avanzando en una dirección muy peligrosa», alertó al denunciar la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos en el mundo.

«Nuestro mundo no puede darse el lujo de un futuro donde las dos mayores economías se reparten el planeta en una Gran Fractura, cada una con sus propias reglas comerciales y financieras y capacidades de internet y de inteligencia artificial», apuntó. Guterres también recordó que desde marzo llama al cese de hostilidades para facilitar la lucha contra el Covid-19. «Llegó la hora de dar juntos un nuevo impulso a la paz y a la reconciliación. Llamo a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos -bajo el liderazgo del Consejo de Seguridad- para lograr un alto el fuego mundial de aquí a fin de año», dijo el secretario general, que se congratuló del apoyo que el tema ha recabado desde marzo.

Una diplomacia sin contacto personal

La 75 Asamblea General de Naciones Unidas arranca este martes en Nueva York de manera esencialmente telemática -durará una semana y participarán líderes de 193 Estados miembro, incluidos Estados Unidos y China hoy- con una consigna básica en tiempos de coronavirus, pero diplomáticamente inimaginable: prohibidos los apretones de manos a los pocos representantes que tienen permitido ocupar sus escaños.

Así lo han solicitado desde el organismo internacional antes del arranque del principal evento diplomático anual, que la pandemia ha abocado a un rosario de discursos pregrabados y televisados, en un encuentro en el que se ha impuesto la distancia social para evitar posibles contagios y donde los pocos eventos paralelos se celebran virtualmente.

Una sala casi vacía con un representante diplomático por cada país, las salas de reuniones apagadas y las cafeterías cerradas, son la tónica de la Asamblea, mientras los hoteles de la ciudad, acostumbrados en estas fechas a un ir y venir frenético de delegaciones internacionales que aprovechan la gran semana de la diplomacia para multiplicar encuentros y negociaciones en persona, miran de reojo la sede que duerme a orillas del río Este.

Más allá de que ningún dirigente buscará en esta ocasión la foto para el recuerdo de un vacío apretón de manos con algún líder internacional, ni los periodistas perseguirán el siempre eludido saludo entres los presidentes de EEUU e Irán, el propio Guterres reconoció que el formato de esta Asamblea presenta dificultades a la hora de hacer avanzar cuestiones complicadas, porque, según sus propias palabras, «para ser efectiva, la diplomacia necesita contacto personal».

Como ejemplo, la última Asamblea General acogió cinco cumbres, medio millar de reuniones oficiales y más de 1.500 encuentros bilaterales, todo un enjambre diplomático para hilar relaciones, resolver problemas y encontrar denominadores comunes en un escenario internacional cada vez más atomizado y tenso.

Unos encuentros que este año no se van a dar en los pasillos fantasmales de la sede, acostumbrada en un día normal a albergar a miles de diplomáticos, trabajadores, visitantes y periodistas, que en esta ocasión también tienen su acceso limitado por cuestiones de salud pública.

No se la crea, señor presidente

Por: César Hildebrandt

Me place que Manuel Merino de Lama haya tenido la torpeza de llamar a los milicos para ver cómo andaba el viento entre quienes manejan los fierros decisivos.

De ese modo quedó al descubierto que la meta era, tal como se dijo en este semanario el 7 de agosto, vacar al presidente más allá de razones y hechos comprobados. Y por eso es que el operativo instrumentado por Edgar Alarcón se vino abajo. El golpismo terminó aporreado, tal como podrá confirmarse en la se­sión congresal de hoy.

Nada de lo dicho significa, sin embargo, como pretenden decir algunos sectores, que tengamos un presidente ileso, resurrecto y empoderado. La publi­cidad estatal puede obrar milagros en las mentes de algunos interesados pero lo que no puede es ocultar la verdad.

Y la verdad es que tenemos un presidente em­barrado, alguien que va a cumplir a duras penas su recortado mandato. Vizcarra se ha salvado porque es el zombi menos muer­to de esta comedia negra y goyesca.

Bueno, ha pasado esta prueba. Pero eso no quiere decir que en el parlamento de los Luna y los Acuña no lo vayan a intentar otra vez. Hay grabaciones hechas por “Miss Chuchupe” que insinúan vetas de excremento y que Alarcón está dispuesto a explotar a cualquier costo. Y aun­que no se descubrieran nuevos yacimientos de oscuridad presidencial, lo escuchado hasta hoy permite perfectamente la acusación de conspira­ción para delinquir y obstrucción de la justicia.

Nos deshicimos de PPK porque resultó un mafioso de la Pequeña Habana mayamera. Ce­rramos el Congreso porque fue en la práctica una banda canalla sostenida con fondos del Estado. Y ahora comprobamos que el sustituto de PPK es un hombre taimado capaz de casi todo y que el Congreso de emergencia es tan horrible como el anterior.

¿Qué nos pasa? ¿Por qué caminamos en círculo? ¿Por qué la crisis es el guion del quehacer público?

Bueno, nos pasa que tenemos una democracia que pende de un hilo de baba porque ya no te­nemos partidos políticos. De la política huyeron la inteligencia y la meritocracia (lo mismo ha sucedido con buena parte de la prensa, dicho sea de paso) y en sus arenas se instaló el lobismo mercenario, el figuretismo lorna, la idiotez campante. Cuando los partidos dejaron de ser fábricas de liderazgo y usinas de ideas, vinieron los emprendedores. ¿Por qué no un partido que los catapultase al poder, donde se roba a gusto y en medio de discursos solemnes? ¿No es eso mejor que un centro comercial, que un terminal trucho, que una ciudad paralela a punta de invasiones?

En todo caso, estamos donde estamos exclusivamente porque así lo hemos querido.

A mí lo que también me fascina es la hipocresía.

Hay quienes fingen horrorizarse porque Merino intentó sondear a los uniformados y recuerdan al inmaculado Femando Belaunde Terry, tan lejos de los tanques y las proclamas de cuartel.

¿Cómo? ¿Es que no recuerdan que Belaunde Terry promovió abiertamente el golpe militar de 1962 que desconoció el triunfo electoral de Haya de la Torre aduciendo un fraude que jamás se probó?

Belaunde Terry fue golpista y su servicio al veto militar en contra de Haya originó la venganza aprista de la coalición Apra-UNO, un capítulo que terminó con el Apra y desnaturalizó la po­lítica parlamentaria. La moderna polarización del país empezó en esos enredos.

¿Ya no recuerdan eso, sublimes demócratas?

Muchos de los inocentes imaginarios de hoy son los herederos directos de quienes empujaron a los militares a intervenir en política cada vez que sus intereses se vieron amenazados.

Cuando el cándido de Billinghurst creyó que podía darle la espalda a la oligarquía, el Congreso, en nombre de esos intereses, lo vacó con el apoyo militante de los cuarteles.

Un mariscal de papel como Benavides comenzó así su carrera de “veedor de la democracia”. El asesinato de Sánchez Cerro, a manos de un aprista, lo volvería a encumbrar.

Y cuando el Apra incendiaria amenazó al más que cándido gobierno de José Luis Bustamante y Rivero, los milicos acudieron “en defensa de la patria” y se quedaron ocho años de Sexto y Frontón.

¿O hablamos, mejor, del golpe de Fujimori, respal­dado, según Apoyo, por más del 80% de los peruanos y sostenido por las Fuerzas Armadas en modo de putrefacción? ¿No fue de ese zarpazo anticonstitucio­nal que surgieron el neoliberalismo, la pax romana que acalló a los sindicatos, la concentración de poder que alentó la corrupción y consagró los privilegios de los más ricos, la dictadura que compró a la prensa y a la televisión? ¿No vienen los lodazales de hoy de aquella siembra de pantanos? Claro que sí. Lo que pasa es que es mejor no recordar esa historia ahora que todos somos demócratas a carta cabal y constitucionalistas al ciento por ciento.

Que Vizcarra no se confunda. Quienes lo apo­yan no ven en él a un estadista que el Congre­so truhán quiere tumbarse. Lo que ven es a un hombre débil más chantajeable que nunca y más susceptible que nunca a cualquier periodicazo. Lo defienden porque les es útil para venderle a la gente la mentira más difícil de vender en la actualidad: que tras la pandemia todo debe seguir igual, que el neoliberalismo se presentó después de que ardiera una zarza, que el mode­lo es intocable y que hay que ser un comunista de mierda para imaginar siquiera que aquí hay desigualdad, inequidad y monopolios repulsivos. De eso se trata, señor presidente. Usted sigue estando en palacio porque se ha comprometido con los que cortan el jamón. Y los que cortan el jamón dicen que usted es un demócrata porque quieren seguir al mando de la cuchipanda. Si así no fuera, el cuchillo especializado que saben usar ya estaría en su espalda acribillada.

No se la crea.