En las batallas hay muertos y heridos. Siempre ha sido así. Ocultar en el anonimato las cenizas de los caídos en el enfrentamiento es una afrenta a los que ya partieron y sus familiares. El sub registro , denunciado hace tres meses por la prensa internacional, empieza a ser admitido.Hoy en Perú, los muertos hablan.