Hablar de la selva peruana y en especial de la alta, es sumergirse en un mundo exuberante y vasto de costumbres y tradiciones, yendo desde la comida hasta la medicina tradicional o las llamadas «purgas».
Esta semana particularmente, el ánimo y las voluntades han olvidado un poco la conflictiva y caótica situación social y económica de nuestro maltratado Perú, y han centrado sus miradas en la celebración del 24 de junio o fiesta de los «juanes» o como suena en el particular modo de decirlo aquí en la selva “los fanes”.

Para empezar, Todo ingrediente relacionado con este sabroso y particular potaje subió de precio, en especial las gallinas de chacra, en Tarapoto bordean los 40 soles estos días; las hojas de bijao, planta amazónica cuyas hojas amplias, resisten el calor de la cocción y a más de servir de envoltura son parte de la sazón, pues impregnan al preparado de arroz de un sabor exótico. De los huevos? Ni hablar, son de chacra con sabor fuerte y de color amarillo intenso, más que los de granja, pocos y caros; las aceitunas, escasas por esta zona, al parecer se incluyeron en sucesivas transformaciones del potaje, los ajíes, una variedad tremenda, desde el de Cocona, hasta el Mishquiuchu, el poderoso Pucunuchu, o el de menudencia.
Muy temprano por la mañana de ayer 23, miles de gallos amazónicos pasaron a la condición de viudos, a medida que paralelamente miles de sus medias naranjas, las gallinas: Teretanias, las negras, cariocas y demás, iban pasando a un estado de precocción bajo las manos de expertas degolladoras y matanceras en todos los mercados de la selva, que por 2 lucas (dos soles) y en diferentes estilos: acogotamiento, fractura, decapitación, al estilo trompo y demás, dejan expeditas a estas preciadas ponedoras gallináceas, para pasar a los ansiosos estómagos de cientos de miles de pobladores en toda la amazonia.

El 24 muy temprano se dirigirán en “mancha”, «un shuntu de gentes» a todas las veras de los ríos; en Tarapoto, el Cumbaza y el río Mayo recibirán esa muchedumbre de gente bulliciosa que entre bromas y festejo beberán y bailarán hasta el cansancio, al ritmo de decenas de grupos musicales, que acompasaran la alegría, hidratada abundantemente con los «Chados» y con las diversas «Chelas» infaltables en estas gestas…y que se contarán por cientos de miles.

El retorno? Vaya pregunta, en el Perú todo está planificado y fríamente calculado, a tal extremo, que no hay preocupación al respecto, menos aún de la parte ambiental…
A los que por azar logren leer estas líneas, tengan mucha prudencia,no dejen residuos en el río, menos los de plástico, y «no tanto casi conduzcan si han bebido en exceso». Jueliz san fan¡¡
(pcho)