Fue uno de los más cercanos y visibles colaboradores de Ollanta Humala desde la campaña del 2006.

Denunció que jefe de Inteligencia le hizo seguimiento y cuestionó presencia del brasileño Luis Favre dentro del gobierno

En una entrevista televisiva, el ahora ex asesor de la PCM, dijo que sus declaraciones respecto al proyecto minero Conga, en las que pidió un diálogo intenso con los pobladores de Cajamarca, no habrían sido del agrado de cierto sector del gobierno y rompió su relación con este, renunciando a su cargo como asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros.

Criticó y denunció procedimientos y métodos a los que llamó “vedados “acusando a los asesores del presidente Humala, de “estar acostumbrados a sembrar cizaña para dividirnos”…y de oscuro entorno. “Le han cantado cosas al oído al Presidente, vía un aparato de Inteligencia.
En lugar de perseguir a Artemio (Cabecilla de Sendero Luminoso), se me persigue a mí”. Dijo que el Presidente se habría dejado llevar por consejos de algunos asesores, como el jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), Víctor Manuel Gómez Rodríguez, a quien cuestionó su nombramiento por haber sido antes jefe de seguridad de la minera Antamina.
Mostró su desacuerdo con la presencia de personajes como el asesor presidencial y compañero de armas del mandatario Adrián Villafuerte, a quien acusa de haber destruido el partido nacionalista”. Al ser consultado si Villafuerte podría ser el Montesinos de Humala, respondió que Montesinos era hábil, “quisiera ser pero sería una caricatura (…) cumple una función de franeleo”. Hizo notar también que el publicista brasileño Luis Favre, quien fuera contratado para la campaña, “ahora goza de un gran poder entre las sombras… y no se llama Favre, es su seudónimo; no se le puede tener como operador político que resuelva y opine sobre temas que no conoce bien, en un país donde hay demasiadas inversiones brasileñas, no es conveniente…”.
Tapia, fue uno de los rostros más identificados con el proyecto humalista, fue asesor de Ollanta Humala cuando aún era candidato y luego vocero del humalismo –fue separado por un desliz- Considera que lo obligaron a renunciar por sus discrepancias con algunas acciones, el haber declarado a los medios que el Gobierno debe negociar con las mineras y “no franelearlas”, abonó a su salida.
Tapia lamentó que el proyecto de transformación que había emprendido Humala esté convirtiéndose en un sistema guiado por los personajes mencionados; recordó que le tocó estar al lado de Humala en los momentos más difíciles:“Yo no soy invitado de nadie, este es un proyecto al que he entregado parte importante de mi vida, cuando nadie sacaba la cara por Ollanta Humala hace cinco años yo lo hacía, en las épocas difíciles, no en el Gobierno, nunca pedí nada, no fui candidato a nada, luché porque el Perú debe ser transformado en democracia y profundizando los intereses del pueblo”, expresó.
“Cómo no me voy a sentir triste, traicionado en cierta manera, cómo es posible que no se me tuviera confianza”, lamentó.
Seguiré apoyando al presidente Humala, en mi condición de “militante del proyecto de la gran transformación”. Concluyó