Evento se realizó en España y el Perú fue el gran ausente
Juristas del medio dejaron ayer sentada ayer su protesta y a la vez preocupación por el hecho de que el Perú no haya concurrido al Sexto Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, realizado recientemente en España.
“Parecería que a las autoridades no les interesa en nada la situación actual del país, teniendo en cuenta que hay algunos rebrotes terroristas en algunos lugares de nuestra geografía, muy al margen de la diabólica alianza entre el narcotráfico y el terrorismo”, precisó el ex presidente de la Asociación Nacional de Magistrados del Perú, José Luis García Villena.
“No sé qué tipo de políticas internacionales estará aplicando el Ejecutivo, o, en su defecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores, para estos casos. Pero, en mi opinión personal, consideró que el Perú estaba en la obligación de haber dicho presente en esa cita internacional, por haber padecido durante veinte años el holocausto terrorista de Sendero Luminoso y el MRTA”, puntualizó García Villena.
El primer vicepresidente de la República, Luis Giampietri Rojas, prefirió no opinar sobre el particular por desconocer las razones exactas de no haber ido el Perú a la cita internacional sobre terrorismo, aun cuando recordó haber sido en el pasado víctima del terrorismo.
“Las preguntas (sobre la inasistencia de representantes peruanos) sobre esto tendrían que hacerlas al canciller de la República (José Antonio García Belaunde), porque desconozco cuál es la norma política actual para esos casos”, argumentó el primer vicepresidente del Perú en declaraciones a EXPRESO.

Desazón
En tanto, el abogado constitucionalista, Sandro Balvín Sáenz, expresó su desazón por la inasistencia de por lo menos un representante gubernamental en el cónclave internacional, “más ahora que las instituciones caviares que están acostumbradas a defender por lo general a terroristas, pugnan por poner en vigencia el denominado “Lugar de la Memoria”.
“Esto no puede ser; el país se ha desangrado tanto tiempo por esas lacras llamadas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, por lo que es increíble que ahora nuestros gobernantes se hagan de la vista gorda respecto a un foro en el extranjero tan importante”, reclamó a viva voz el hombre de leyes.

Una vergonzosa ausencia
Nuestro director Luis García Miró Elguera, se refirió en su columna Mundo al Revés del viernes pasado a la celebración del VI Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo al que asistieron representantes de Colombia, EE UU, Francia, Rusia, Israel, Reino Unido, Argentina y el Congo. ¿Por qué no Perú? se preguntó nuestra director, respondiéndose: “Porque no le convenía a la progresía caviar. Allí, delante de la multitud de familiares de los mártires e inmolados, habló el príncipe Felipe de Borbón. Dijo, entre otras cosas: “Las víctimas son el referente moral para todos (…) La lucha contra la barbarie terrorista debe ir siempre acompañada de un apoyo profundo y generoso a las víctimas y sus allegados. Esa solidaridad, ese gesto de humanidad, esa empatía; ese compromiso con ellas como referentes de la acción política en ese terreno es el sentido de estos congresos y de nuestra presencia (…) El terrorismo es una de las más deleznables expresiones del totalitarismo, del odio y de la intolerancia. No me cansaré de repetirlo: es profundamente inhumano, cobarde y siempre injustificable; atenta contra los más elementales derechos humanos, empezando por la vida, la libertad y la integridad física y moral; destroza las familias y deja brutales secuelas. Es el mayor enemigo de la democracia y de la paz (…) Los terroristas ni vencerán ni convencerán (…) No hay posible neutralidad ni una tierra de nadie entre unos y otros; estamos con las víctimas y somos también las víctimas, o somos los verdugos (…)”.

Reflexión
En la columna mencionada, el director de EXPRESO remataba su análisis señalando:
En la década del 90, el Perú concibió y ejecutó una fantástica política de Estado de lucha contra el terrorismo, que apoyaba precisamente a las víctimas de este cáncer social. Fue tan exitosa que la sociedad derrotó a las sectas genocidas Sendero Luminoso y al Mrta, tanto en la lucha armada –promovida por ambos grupos a lo largo de un cuarto de siglo– como en el campo judicial, donde el Estado consiguió encarcelar, procesar y sentenciar –sumariamente, como exigían las circunstancias y la opinión pública– a cerca de tres mil dirigentes y mandos de la cúpula del terror.
Pero apenas década y media después de haber vencido al terror, circulan libremente por calles y plazas más de la mitad de los terroristas que estuvieron presos –condenados en su mayoría a cadena perpetua–, gracias a la complicidad de la izquierda caviar”